Hoy, 20 de mayo, se celebra en todo el mundo el Día Internacional del Ensayo Clínico, en conmemoración de la fecha en la que el médico escocés James Lind inició el que está considerado como el primer ensayo clínico de la historia en 1747, hace más de 250 años, y que permitió descubrir que la causa del escorbuto que afectaba a los marineros de la armada británica era la deficiencia de vitamina C.

El IIS Biodonostia desea en este día, felicitar y agradecer a todos los actores que participan en este proceso. En primer lugar a los más importantes, a los voluntarios y pacientes que con altruismo aceptan participar de las investigaciones y colaborar con la ciencia. Y después a los equipos de investigación, las entidades, instituciones y a todos los que patrocinan y gestionan investigaciones. Sin la participación de todos, cada uno cumpliendo su rol con responsabilidad, los impresionantes avances de las últimas décadas no se hubieran obtenido.

Los ensayos clínicos se llevan a cabo en entornos controlados en los que el nivel de vigilancia y cuidados de los pacientes es superior al estándar habitual en la práctica clínica. La investigación clínica es además de un motor de conocimiento una fuente de esperanza.

Según datos de la Agencia Europea del Medicamento (EMA), cada año se autorizan en Europa 4.000 ensayos clínicos; unos estudios que permiten avanzar en el desarrollo de nuevos medicamentos, probar nuevas indicaciones para fármacos ya conocidos o buscar procedimientos diagnósticos y terapéuticos que mejoren la calidad de vida de los pacientes. Y todo ello con las máximas garantías y controles para la seguridad del paciente.

No hay otro elemento que permita hoy por hoy suplir la potencia del ensayo clínico como generador de posibilidades terapéuticas aplicadas a la salud.